e flujo después de checar que la aguja está apropiadamente colocada en la vena. Si se presentan algunos signos o síntomas de extravasación que ocurran durante la administración intravenosa de epirubicina, la infusión debe ser inmediatamente terminada. Para manejar la extravasación, las intervenciones aprobadas por el médico o por la Institución de Salud deberán ser inmediatamente utilizadas.
La epirubicina puede potenciar la toxicidad de otras terapias anticáncer. Esto debe tomarse particularmente en cuenta cuando se esté utilizando la droga en dosis altas y la capacidad del cuidado de soporte y facilidades para el mismo han sido consideradas antes de iniciar regímenes intensivos con dosis altas.
Así como con otros agentes citotóxicos la epirubicina puede inducir hiperuricemia como consecuencia de un intensivo catabolismo de las purinas el cual acompaña la rápida lisis de las células neoplásicas. Por lo tanto, los niveles de ácido úrico en la sangre deberán ser checados de manera que este fenómeno pueda ser reconocido y manejado apropiadamente.
La epirubicina puede impartir un color rojo a la orina por uno o dos días después de la administración, los pacientes deberán estar advertidos de que tal evento no es causa de alarma.
Administración intravenosa: La epirubicina no es activa cuando se administra oralmente y no debe ser inyectada intramuscularmente o intratecalmente. Es aconsejable administrar la droga por medio de una canalización intravenosa de una solución salina de libre flujo para minimizar el riesgo de extravasación de la droga y para asegurase de que la vena está llena con solución salina después de la administración de la droga. La extravasación de la droga durante la inyección puede dar como resultado severas lesiones tisulares, incluso necrosis. La esclerosis venosa puede resultar de la inyección dentro de pequeños vasos o por repetidas inyecciones dentro de la misma vena.
Todos los artículos utilizados para la administración, reconstitución o limpieza, deberán ser colocados en contenedores de desechos de alto riesgo, para después ser incinerados.
El derrame de la substancia deberá ser tratada con solución diluida de hipoclorito de sodio (a 1%), preferiblemente remojando y después utilizando agua.
Todos los materiales de limpieza deberán ser desechados como se indica previamente.
El contacto accidental con la piel o los ojos deberá ser tratado inmediatamente con un lavado abundante con agua, o agua y jabón, o solución de bicarbonato de sodio; debe solicitarse atención médica.
REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS:
o Médula osea-toxicidad hematológica: La manifestación predominante de la toxicidad de la epirubicina sobre la médula ósea y el perfil hematológico, es la leucopenia dependiente de la dosis, reversible y/o la neutropenia y estas representan la toxicidad limitante de las dosis aguda de esta droga. La leucopenia es generalmente más severa, después de la administración de regímenes de dosis altas; bajo est |